Llevamos oyendo años el
término cambio global, o globalización, nosotros podemos ir a cualquier parte
del mundo en horas, y transportar cualquier cosa. Hay quién puede pensar que
las especies quedan fuera de este juego, ni mucho menos. Con el proceso de globalización
han entrado especies exóticas invasoras, de las que ya he hablado en entradas
anteriores. Pero no es sólo esto, también podemos irnos, sin demasiada
dificultad, a cazar a cualquier parte, ninguna especie se salva de nuestra
escopeta. También ha llegado la contaminación, y con ella el calentamiento
global, del que muchos todavía son escépticos. Aún recuerdo cierta profesora,
de cuyo nombre no quiero acordarme, en el instituto como nos contaba indignada
que la destrucción de la capa de ozono era un cuento, y que cada vez era más
pequeña… Por desgracia los animales no son tan escépticos como nosotros, y ellos
si notan sus efectos. Las cigüeñas que todos conocemos ya se dejan ver en sus
nidos a principios de Enero, algunas ni migran, que necesidad tienen si no
tenemos inviernos fríos, y la búsqueda de alimento no es un problema. Pero no
son las únicas, algunos osos en los Pirineos se han dejado ver buscando
alimento en estas fechas, tampoco hibernan. Especies africanas como el bulbul
naranjero tiene sus primeras citas de cría en España (Tarifa).
Y siguen los crédulos
que no se creen el efecto invernadero, lógico desde el punto de vista que nos
creemos el centro de la Tierra, y hasta en el campo de la filosofía la
conservación de especies no ha sido un campo tratado, hasta Aldo Leopold
en su ensayo A Sand County Almanac
(1949): “hace un siglo que Darwin nos dio la primera información sobre el
origen de las especies. Sabemos ahora que algo desconocido por muchas
generaciones del pasado que los hombres somos compañeros de otras criaturas en
la odisea de la evolución.
Triste noticia, no
somos el centro de nada, y que el cambio nos pille confesados.
Fotografía de cigüeñas con pollos (Región de Babia)
Fotografía de cigüeñas con pollos (Región de Babia)
Laura Aduriz Sarabia
Acertada reflexión. Como bien dices “que el cambio nos pille confesados”.
ResponderEliminarSaludos flamencos,
Muchas gracias
EliminarUn saludo desde León
Vaya con la profesora; cómo se puede ser tan ignorante precisamente, impartiendo clases tan importantes como la medioambiental y decir semejantes incongruencias.
ResponderEliminarTampoco creas que los periodistas nacionales van muy alejados de esta profesora; ahí los tienes todos los días dándonos la brasa continuada con la puñetera y cansina política, con las ponzoñas y miserias morales de los superfluos políticos.
Estoy más que harto de toda esta escoria de periodismo español ocupados y serviles de los políticos.
No lo voy a negar Laura, también estoy quemado, bastante quemado con el trato humano a la naturaleza.
La especie humana somos tan poca cosa en este planeta...
Saludos
Y la de opiniones iguales, o parecidas a esa tenemos que soportar. De entendidos, intelectuales de la materia, nótese la ironía, que tenemos que soportar.
EliminarUn saludo desde León