Cuando sientes pasión por algo consigues transmitirlo a las personas que se
encuentran a tu alrededor, familia y amigos. Tanto es así, que al final despiertas
en ellos una curiosidad, en mi caso esta afición es la fauna, como dice mi
padre “mis bichos”. He logrado que mi hermana vaya mirando al cielo cuando
viaja, y diga ilusionada a sus compañeros eso es un milano, mira la cola, eso
en cambio es un ratonero, sólo lo sé por las veces que mi hermana lo repite
cuando los vemos desde el coche.
Por esa razón esta mañana cuando mi
padre ha llegado a casa me ha dicho, he leído una noticia en El Diario
Palentino, que no te va gustar, después te lo compro. El titular de dicha
noticia es el siguiente: “El Gobierno Regional abaratara el precio para la
cacería del lobo”. En ella se explica que para la próxima temporada de caza a
parte del precio de la caza del lobo, también se ajustarán los pagos por daños
a 15 días, se aumentarán los desbroces para que tengan menos refugios, y en los
aguardos se permitirá algún tipo de cebo.
Los carnívoros siempre han sido una fuente de admiración para el ser
humano, convirtiendo esta admiración en miedo hacia estos animales. En la
actualidad casi todos los grandes carnívoros afrontan grandes problemas de
conservación.
A lo largo de la historia este odio hacia los carnívoros ha ido aumentando,
también transformándose en poderosos trofeos de caza, como el oso. En los años
50 se crearon las Juntas de Extinción de Animales Dañinos (Alimañas) en las que
se pagaba dinero por cada carnívoro eliminado.
Por un lado en la problemática del lobo tenemos al sector ganadero, que
defiende su oficio, no quiere decir que la convivencia con el lobo sea
imposible, decía Ángel Cabrera “ Ni el más entusiasta conservacionista puede
negar que los animales predadores causan daño en los animales domésticos, sobre
todo allí dónde se les ha privado de sus presas naturaleza, pero tampoco puede
negarse que casi siempre se exageran un poco esos daños”.
En otro lado tenemos al sector cazador, que piensa que los carnívoros acaban
con la caza, por lo que sin carnívoros que se coman a las presas, como por
ejemplo las perdices, tenemos entonces como consecuencia directa que habrá más
perdices. Parece lógico, un símil seria como ocurrió con la creencia de que era
el Sol el que giraba alrededor de la Tierra, y no la Tierra alrededor del Sol.
Parecía evidente, era el Sol el que salía por el Este y se ponía por el Oeste.
No tenemos que dejarnos guiar por opiniones sin argumento, sin ningún tipo de
experimentación científica.
En este artículo se cita además que los daños provocados por ataques de
lobo al ganado están siendo semejantes a los de 2015, lo que no se menciona es
que el cupo de lobos este año era superior, lo que demuestra que la caza del
lobo tampoco soluciona los ataques al ganado, como lo afirman algunos estudios.
Además, los carnívoros regulan los ecosistema, un ejemplo son las poblaciones
de ungulados, donde eliminan rápidamente a los animales enfermos, reduciendo de
esta forma el contacto con otros individuos, disminuyendo las posibilidades de
contagio.
Los cazadores no pueden regular las poblaciones de ungulados de la misma
forma, puesto que los criterios de selección de los lobos son distintos a los
de los cazadores.
Con esta entrada sólo quiero hacer reflexionar a cada lector sobre la
problemática del lobo, cuya solución no es el exterminio de la especie. Como
fotografía os dejo una de las últimas sacadas con mi cámara de fototrampeo,
antes de ser golpeada y destruida por algún salvaje (humano). Se aceptan
opiniones sobre si se trata de un lobo o no… La foto fue hecha a principios de
Diciembre.
Bibliografía
LACASA,M-LOZANO,J (Editores), 2016, El libro de los carnívoros. 350 p. Ed. Photodigiscoping. Barcelona
Laura Aduriz Sarabia